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domingo, 15 de noviembre de 2009


COMPROMISO CRISTIANO EN LA FAMILIA

1. La realidad.

Se constata que en el mundo contemporáneo la familia está pasando por una crisis de valores que va de lo económico, social, cultural, político, educativo y ataques con leyes en contra la vida como la eutanasia y el aborto. En el Perú se percibe el incremento de la inestabilidad familiar, el aumento de divorcios; leyes que favorecen la rápida inestabilidad de la pareja. En Asentamiento Humano Antenor Orrego en la Manzana H (Chimbote) viven aproximadamente 20 familias desde el año 2005 hasta la fecha (2009). Todos son casados; unos por la vía civil y otros por la Iglesia Católica. De estas veinte familias se han desintegrado siete en los dos últimos años. Las madres han quedado solas con sus hija/os, los hijos tienen exceso de libertad, no hay un acompañamiento en sus tareas pedagógicas del colegio.

Nos preguntamos ¿A qué se debe esta situación de las familias mencionadas? ¿Qué posibles alternativas y respuestas tenemos como jóvenes para bien de las familias? ¿Qué es la familia? ¿Es favorable que el Estado peruano apruebe el aborto?
Después de reflexionar desarrolle las siguientes interrogantes:


2. Iluminación.
a) Gn 1,26-27: “ …varón y hembra los creo..”
b) Gn1,28: “ Sean fecundos y multiplíquense...”
c) Gn 2,18-25: “No es bueno que el hombre este solo, voy hacerle una …”
d) Fil 2,2 :” Estén unidos en el amor, con una misma alma y un mismo proyecto”

En la familia los hijos aprenden amar, respetar, decir la verdad , practicar la justicia es decir los valores; así como también la cultura. Del amor de Cristo por su Iglesia nace el sacramento del matrimonio entre un hombre y una mujer ,para siempre.

3. Profundización

A) LA FAMILIA, PRIMERA SOCIEDAD NATURAL1 (Nº 209-214).


La centralidad de la familia es un tema importante en la Biblia, sobre todo en los primeros textos del Génesis (Génesis 2,18). Así, Gaudium et spes (1965, Nº 12) la define como “la expresión primera de la comunión de personas humanas” y en la exhortación apostólica Christifideles laici (1988, Nº 40) el Papa Juan Pablo II la considera “el lugar primario de la Humanización
En la familia se aprende a conocer el amor y la fidelidad al Señor, así como la necesidad de corresponderle. Jesús nació y vivió en una familia concreta, aceptando todas sus características propias y dio así una excelsa dignidad a la institución matrimonial. Fueron éstas las palabras del Papa Pablo VI cuando visitó la ciudad de Nazareth en 1964).

La Iglesia considera la familia como la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios. Si olvidáramos esto se causaría un grave daño a toda la sociedad. La definición que da a la familia procede de dos documentos del Concilio Vaticano II: Gaudium et spes (1965, Nº 48) que dice que la familia es nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio entre el hombre y la mujer, y en el decreto del Vaticano II sobre el apostolado de los laicos y las laicas, Apostolicam actuositatem (1965, Nº 11), se afirma que la familia es como el título de este capítulo: la célula primaria y vital de la sociedad.



a) La importancia de la familia para la persona (212)

La persona humana nace y crece dentro de la familia. Cada niño es como un regalo a la sociedad porque, como dice Christifideles laici (1988, Nº 40), esa persona está “llamada, desde lo más íntimo de sí a la comunión con los demás y a la entrega a los demás”. El niño aprende esto al ver la entrega mutua del amor entre sí de su padre y de su madre. En el clima del afecto natural, las personas son reconocidas y responsabilizadas en su integridad. Ésta es la primera estructura de la “ecología humana” donde uno aprende sobre la verdad, el amor y el bien. Ver Centesimus annus del Papa Juan Pablo II (1991, Nº 39). No es como un contrato con sus límites legales sino que se deriva de su esencia, fundada sobre un pacto conyugal irrevocable y estructurado por las relaciones que se derivan de la generación o adopción de los hijos.

b) La importancia de la familia para la sociedad (213-214)

La familia contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad. La “comunión” refiere a la relación entre “tú” y “yo”. La “comunidad” más bien apunta hacia una “sociedad”, un “nosotros”. Por lo tanto, la familia es la primera “sociedad” humana como dijo el Papa Juan Pablo II en su Carta a las familias (1994, Nº 7). Cuando la sociedad se hace a la medida de la familia, se supera la tendencia tanto individualista como colectivista porque en la familia la persona es un fin en sí y nunca un medio. Sin familias fuertes, los pueblos se debilitan, porque es en las familias donde uno aprende los valores y la cultura.

Por lo tanto, la familia tiene prioridad sobre la sociedad y sobre el Estado, porque es su condición de existencia. La familia precede las funciones tanto de la sociedad como del Estado. La familia encuentra su legitimación en la naturaleza humana y no en el reconocimiento del Estado. Entonces, el Compendio presenta el criterio básico que se va a repetir con respecto a todos los principios de la doctrina social:

La familia no está en función de la sociedad y del Estado, sino que la sociedad y el Estado están en función de la familia.

B) EL MATRIMONIO, FUNDAMENTO DE LA FAMILIA (Nº 215-220)

a) El valor del matrimonio (215-218


La familia tiene su fundamento en la libre voluntad de los cónyuges de unirse en matrimonio, respetando el significado y los valores propios de esta institución, que no depende de la persona humana sino de Dios mismo. Así lo afirma tanto Gaudium et spes (1965, Nº 48) como el Catecismo de la Iglesia Católica (1992, Nº 1603). Nace la familia también para la sociedad y se funda sobre la misma naturaleza del amor conyugal que es un compromiso definitivo, expresado con el consentimiento recíproco, irrevocable y público. Por lo tanto, las relaciones dentro de la familia tienen que ser marcadas por la justicia y el respeto de los recíprocos derechos y deberes.

Ningún poder puede abolir el derecho natural al matrimonio ni modificar sus características ni su finalidad.
Es cierto que en las diferentes culturas, durante los últimos siglos, ha habido muchos cambios en las estructuras y las actitudes, y en todas las culturas existe cierto sentido de la dignidad de la unión matrimonial. La sociedad no puede disponer del vínculo matrimonial, aunque ciertamente le compete regular sus efectos civiles.

Los rasgos característicos del matrimonio son: su totalidad, unidad, indisolubilidad y fidelidad y que esté naturalmente abierto a la fecundidad. El hecho que existen todavía situaciones que alejan el matrimonio de estas características, no implica que la institución del matrimonio pueda ser juzgada por estas situaciones. Un ejemplo de esto sería la poligamia; aunque existe, no deja de ser una negación radical del designio original de Dios.

Como dice Gaudium et spes (1965, Nº 48), el matrimonio, en su verdad “objetiva”, está ordenado a la procreación y educación de los hijos. Pero la procreación no es el único fin del matrimonio, y el carácter indisoluble permanece aún cuando la pareja no puede tener hijos. Puede también adoptar hijos o realizar servicios a favor de los demás.











b)El sacramento del matrimonio (219-220)


Los bautizados viven la realidad humana y original del matrimonio en la forma sobrenatural del sacramento que es el símbolo del amor entre Dios y nosotros. Del amor esponsal de Cristo por la Iglesia brota la sacramentalidad del matrimonio: una alianza de un hombre y una mujer en el amor, como dice Gaudium et spes (1965, Nº 48).

El sacramento del matrimonio asume toda la realidad humana del matrimonio y compromete a los esposos a buscar primero el Reino de Dios. De hecho, el matrimonio como sacramento hace de la familia la Iglesia doméstica, llamada a ser signo de unidad en el mundo. Ver la Exhortación Apostólica del Papa Juan Pablo II, Familiaris consortio, (1981, Nº 48). Como la caridad del matrimonio brota de la caridad de Cristo, hace a los cónyuges cristianos testigos de una sociabilidad nueva. La dimensión natural del amor es purificada y elevada. Por eso en el mundo el matrimonio cristiano es signo e instrumento de la caridad de Cristo.

4. Oración por la Familia.

Padre celestial, Tú nos has dado
un modelo de vida en la Sagrada Familia.
Ayúdanos a hacer de nuestra familia
otro Nazaret, donde reinen
el amor, la paz y la alegría.
Que vivamos santamente
nuestra vida cotidiana.
Que cada día nos amemos más
y nos perdonemos como tú nos perdonas.
Enséñanos a ver a Jesús
en todos los que sufren,
y a permanecer unidos por la oración
en los momentos de gozo y de dolor.
Ayúdanos, oh Padre amado,
a recibir todo lo que nos das
y a dar todo lo que nos pides
con una gran sonrisa. Amén.
Madre Teresa de Calcuta

PROBLEMA

Se constata que en el mundo contemporáneo la familia está pasando por una crisis de valores que va de lo económico, social, cultural, político, educativo y ataques con leyes en contra la vida como la eutanasia y el aborto. En el Perú se percibe el incremento de la inestabilidad familiar, el aumento de divorcios; leyes que favorecen la rápida inestabilidad de la pareja.
En Asentamiento Humano Antenor Orrego en la Manzana H (Chimbote) viven aproximadamente 20 familias desde el año 2005 hasta la fecha (2009). Todos son casados; unos por la vía civil y otros por la Iglesia Católica. De estas veinte familias se han desintegrado siete en los dos últimos años. Las madres han quedado solas con sus hija/os, los hijos tienen exceso de libertad, no hay un acompañamiento en sus tareas pedagógicas del colegio.
Nos preguntamos: ¿A qué se debe esta situación de las familias mencionadas? ¿Qué posibles alternativas y respuestas tenemos como jóvenes para bien de las familias? ¿Qué es la familia? ¿Es favorable que el Estado peruano apruebe el aborto?

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